Umbral crítico
No dejes la puerta abierta al salir.
Ciérrala firme aun cuando tu mano tiemble.
Que queden allí tras ella, encerrados, los recuerdos, sueños, alegrías y tristezas.
Y si una vez soltada de tus dedos la manilla, recuerdas que quedó algo olvidado,
déjalo, no voltees, no toques, no sea que esa puerta se abra nuevamente para ti
permitiéndote entrar a buscar lo olvidado y termines por perder el camino de salida
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